horma

la HORMA es donde ponen los zapatos para estirarlos, para que el cuero ceda, para que se amolde, para que uno se pueda poner esas botas de otoño que no quedan. no porque uno no entre en sus zapatos, sino porque tal vez éstos se cansen de apoderarse de los propios pies. necesito ese contacto; el de la horma de tu zapato. sacarte las mesuras para agazaparme en tus ingles, en tus distancias, en tus rincones. mis botas se ciñen y sin embargo... son mis pantorrillas escasas para amoldarme. el canto del cierre se escurre sobre el señor que me las fuerza. y los afectos especiales se disparan y sin embargo, la horma no estira pero ciñe, duele un poco pero acude. es lento pero cierto, el apuro y la razón no son de la horma en este caso, ni en el otro y menos en el de aquel. y andamos...